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LOS PILARES DE LA CREACIÓN

  • Foto del escritor: Fabricio Melchiori
    Fabricio Melchiori
  • 30 jul 2017
  • 4 Min. de lectura

El cardenal y arzobispo emérito de Bolonia, Carlo Cafarra, ha ofrecido, tiempo atrás, en el ‘Rome Life Forum’, una disertación sobre los signos apocalípticos de la sociedad actual: el aborto y la exaltación de la homosexualidad.

El cardenal ha explicado que, en la cultura occidental, se dan una serie de signos que revelan con gran claridad la confrontación entre la “cultura de Dios” y la de Satanás, es decir, entre el bien y el mal. Estos hechos, definidos como signos apocalípticos por el arzobispo, son la legitimación del aborto y la exaltación de la homosexualidad.

Primer signo apocalíptico, la legitimación del aborto.

Sobre el primero, la legitimación del aborto, el cardenal Cafarra explica que consiste en transformar un crimen en un derecho: “No estoy hablando del aborto como un acto perpetrado por una sola persona, estoy hablando de la amplia legitimación de este, de un sistema judicial capaz de transformar el aborto en un derecho subjetivo, que pertenece a una categoría ética”. “Esto significa llamar bien a lo que está mal, y ver luz, donde realmente hay sombra”, continúa el prelado.

Carlo Cafarra explica que la lógica que envuelve todo ese “ennoblecimiento” del aborto es la “profunda negación de la verdad sel ser humano”, al mismo tiempo que defiende que la única respuesta para dar solución a esta lucha que enfrenta a la vida y al asesinato de inocentes es “dar testimonio de la Revelación Divina”.

‘La exaltación de la homosexualidad niega la verdad del matrimonio’.

Respecto al segundo signo apocalíptico, la exaltación o ennoblecimiento de la homosexualidad, el cardenal explica que “niega por completo la verdad del matrimonio y la mente de Dios Creador con relación a la unión entre un hombre y una mujer”.

“La Divina Revelación nos enseña lo que Dios piensa acerca del matrimonio: la unión entre un hombre y una mujer, la fuente de la vida. En la mente de Dios, el matrimonio tiene una estructura permanente, basada en la dualidad del ser humano: la feminidad y la masculinidad”, sentencia.

Asimismo, el prelado señala que “hay dos pilares de la creación: la persona humana en su irreductibilidad al universo material y, por otro lado, la unión conyugal entre un hombre y una mujer, el lugar en el que Dios crea nuevos seres humanos ‘a su imagen y semejanza’. La concepción del aborto como un derecho subjetivo es la demolición del primer pilar. El ennoblecimiento de las relaciones homosexuales, equiparadas con el matrimonio, es la destrucción del segundo pilar”, ha defendido el arzobispo durante su intervención.

A modo de conclusión, Cafarra explica que esto forma parte de una “espantosa estrategia de la mentira construida alrededor del profundo desprecio al ser humano”. Defiende que esta estrategia trata de convencer al ser humano de que “la Verdad no existe y que la búsqueda de esta solo le llevará a una vida infeliz”. “Esta mentira convence al ser humano de que el hombre es incapaz de encontrar la Verdad y trata de situar en su corazón la idea de que el amor es simplemente una máscara de felicidad”.

La necesidad de ‘dar Testimonio’.

El prelado señala que el Nuevo Testamento muestra la importancia y la necesidad de tanto la Iglesia como los cristianos de dar testimonio frente a estos signos apocalípticos, al mismo tiempo que explica los tres significados fundamentales que constituyen el testimonio:

-En primer lugar, el testimonio definido como “hablar, anunciar pública y abiertamente”. Cafarra defiende que aquel que no da testimonio “es como un soldado que huye en el momento más decisivo de la batalla”. Nos llama a ser testimonio de la Verdad y destaca la “March For Life” como un ejemplo de ello.

-A continuación, define el testimonio como “anunciar pública y abiertamente la Revelación Divina, que envuelve la evidencia original, descubierta sólo mediante la razón bien empleada. El testimonio como el anunciamiento del Evangelio de Vida y del Matrimonio”.

-Por último, el arzobispo emérito de Bolonia muestra el testimonio como “anunciar pública y abiertamente el Evangelio de Vida y del Matrimonio como si estuviéramos en un juicio”.

“He hablado sobre una confrontación, y esta confrontación está adoptando la apariencia de un juicio, de un proceso legal, en el que el acusado es Jesucristo y la palabra del Evangelio. Como en cada proceso legal, también debe haber testigos a favor del acusado. Defender a Jesús y el Evangelio supone hacerlo en un contexto de hostilidad, de reto. Las alternativas son, o bien permanecer en silencio, o salir en su defensa.

‘La batalla final tendría lugar en el terreno del matrimonio y la familia’.

La reflexión del cardenal Cafarra, ha explicado, nace de la carta que le envió Sor Lucía de Fátima en 1981. En esta carta, Sor Lucía decía que “la batalla final entre Dios y Satanás tendrá lugar en el terreno del matrimonio y la familia” y le advertía de que “los que se dedican a defender el matrimonio y la familia serán perseguidos”, pero le invitaba a no tener miedo, porque “la Virgen ya ha aplastado la cabeza de la serpiente”.


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